Cuidar de nuestra salud mental en el trabajo es una necesidad cada vez más reconocida, pero aún poco practicada. Pasamos gran parte de nuestras vidas en entornos laborales que pueden ser tanto fuente de satisfacción como de estrés, ansiedad o agotamiento emocional. Aprender a gestionar las emociones, las demandas y las relaciones dentro del trabajo no solo mejora el rendimiento, sino también la calidad de vida. En este artículo veremos qué entendemos por salud mental en el trabajo, qué factores pueden afectarla y cómo mejorar la salud mental en el trabajo .
Qué entendemos por salud mental en el trabajo
Cuando hablamos de salud mental en el trabajo, no nos referimos únicamente a la ausencia de trastornos psicológicos, sino a un estado de bienestar emocional, social y cognitivo que permite a la persona desarrollarse plenamente en su entorno laboral. Esto implica sentirse capaz de afrontar las demandas diarias, mantener relaciones sanas con los compañeros y encontrar sentido o satisfacción en las tareas que realiza.
Una buena salud mental laboral se traduce en motivación, productividad y equilibrio entre la vida profesional y personal. En cambio, una mala salud mental en el trabajo puede manifestarse a través de estrés crónico, desmotivación, irritabilidad, conflictos interpersonales o síntomas físicos como fatiga, insomnio o dolores musculares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental en el trabajo como un estado de bienestar que permite desarrollar habilidades, afrontar presiones normales, trabajar productivamente y contribuir a la comunidad. Desde esta perspectiva, cuidar la salud mental laboral no es un lujo, sino una responsabilidad compartida entre la persona y la organización.
Factores que pueden afectar a la salud mental en el trabajo
La salud mental en el trabajo puede verse influida por múltiples factores. Algunos dependen del entorno laboral, mientras que otros se relacionan con características personales o con el equilibrio entre la vida laboral y personal.
1. Sobrecarga de trabajo y presión constante
Uno de los factores más frecuentes es la sobrecarga laboral. Exigencias excesivas, plazos imposibles o la sensación de no poder desconectar generan un estado de alerta constante. Este nivel de tensión mantenido en el tiempo puede derivar en estrés crónico, ansiedad o burnout (síndrome del trabajador quemado).
2. Falta de reconocimiento o de propósito
Cuando el esfuerzo no se ve recompensado o no se percibe un sentido claro en las tareas, aparece la desmotivación. Sentirse invisible o poco valorado puede minar la autoestima y afectar el compromiso laboral.
3. Mal clima laboral y conflictos interpersonales
Las relaciones laborales tóxicas, la comunicación deficiente o los conflictos sin resolver impactan directamente en el bienestar emocional. Un clima laboral saludable favorece la cooperación y la sensación de pertenencia, mientras que un entorno hostil genera ansiedad y aislamiento.
4. Falta de conciliación entre vida laboral y personal
La dificultad para equilibrar las responsabilidades laborales con las personales es una de las principales causas de malestar psicológico. Trabajar largas horas, llevarse trabajo a casa o no poder desconectar durante el descanso contribuye a la fatiga mental y emocional.
5. Inseguridad laboral
La incertidumbre sobre el futuro profesional, los contratos temporales o el miedo a perder el empleo son factores de estrés muy comunes. La inestabilidad laboral afecta la percepción de control y seguridad, esenciales para el bienestar psicológico.
Estrategias para cómo mejorar la salud mental en el trabajo
Cuidar de la salud mental en el trabajo no significa eliminar el estrés por completo, sino aprender a gestionarlo de manera saludable. Tanto las empresas como los propios trabajadores pueden implementar acciones que favorezcan el equilibrio emocional.
1. Promover el autocuidado
Practicar el autocuidado psicológico implica reconocer las propias necesidades y establecer límites. Dormir bien, alimentarse de forma equilibrada, hacer ejercicio y desconectar de las pantallas son hábitos que influyen directamente en el estado de ánimo y la concentración.
Además, reservar momentos para el descanso y el ocio es fundamental para recargar energía y evitar la saturación.
2. Fomentar la comunicación asertiva
Saber expresar lo que se piensa y siente de forma respetuosa mejora las relaciones y previene conflictos. La comunicación asertiva ayuda a defender los propios derechos sin agredir ni someterse, lo que reduce el estrés interpersonal.
3. Gestionar el tiempo de manera efectiva
Organizar las tareas, priorizar lo importante y delegar cuando sea posible disminuye la sensación de agobio. Utilizar herramientas de gestión del tiempo o técnicas como el método Pomodoro puede mejorar la productividad y reducir la carga mental.
4. Crear entornos laborales saludables
Las empresas tienen un papel clave. Implementar políticas de bienestar, promover la flexibilidad laboral, ofrecer espacios de descanso y fomentar la cultura del reconocimiento son medidas que mejoran el clima organizacional y previenen el desgaste emocional.
5. Desarrollar la inteligencia emocional
Aprender a identificar, comprender y gestionar las propias emociones —y las de los demás— permite manejar mejor los conflictos, adaptarse a los cambios y mantener relaciones laborales sanas. La inteligencia emocional es una herramienta esencial para fortalecer la salud mental en el trabajo.
6. Buscar apoyo profesional cuando sea necesario
Acudir a un psicólogo especializado en salud laboral puede marcar una gran diferencia. Un profesional puede ayudarte a identificar las causas de tu malestar, desarrollar estrategias de afrontamiento y mejorar tu relación con el entorno de trabajo. Pedir ayuda no es signo de debilidad, sino de responsabilidad y autocuidado.
Cuidar la mente también es trabajar mejor
Nos pasamos una tercera parte del día trabajando, durante al menos la mitad de nuestra vida. ¡Buff, da vértigo solo de pensarlo! Motivo suficiente para cuidar de ello, ¿no te parece? El peligro de acumular tensión emocional en el trabajo es que, a la larga, puede inundar la totalidad de nuestra vida cotidiana: insomnio, preocupaciones que nos llevamos a casa, falta de satisfacción en la vida… es como no poder dejar de trabajar.
Apoyarte en un profesional de la psicología que te ayude a encontrar las causas de tu malestar laboral puede ser el primer paso para mejorar. No siempre el entorno puede cambiar, pero siempre puede cambiar tu actitud hacia lo que ocurre. Cuidar de tu salud mental en el trabajo no solo te hará sentir mejor, sino que también te permitirá rendir más, disfrutar de tus logros y construir una vida más equilibrada y satisfactoria.
Cómo mejorar la salud mental en el trabajo
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