Mónica

Llevaba años con la sensación de que todo el mundo se aprovechaba de mí, de que la gente no me respetaba, de que la gente era mala y lo que me ocurría era injusto. Mis problemas de ansiedad iban en aumento. Gracias a las sesiones con Natalia aprendí a “ponerme en mi sitio” y a decir “no” de una forma asertiva y con calma. He perdido la sensación de vulnerabilidad, que me llevaba acompañando toda la vida. He cambiado la forma en la que me relaciono con la gente. La ansiedad ahora es cosa del pasado.